AAAARGHSYTRFSAFT
Sentía que faltaba una entrada por aquí. Ya he descubierto cuál. Si hay algún ser amante de discursos formales, le recomiendo no pasarse por aquí.
Esta entrada es para angustias vitales relacionadas con estar escribiendo la novela, con el plazo que se acerca, con el fallo que no llega nunca... Todos esos momentos en los que dan ganas de mirar al cielo y gritar AAARHFHFTARGD (o similares). Aprovechando que escribir en un foro no puede dejar sordo a nadie, podemos aprovechar la entrada para escribir a quejarnos y apoyar a los demás en sus angustias.
Los comentarios no están obligados a ser ni coherentes ni fundamentados 🤣
Por cierto, presiento que a @Jimena G.G. esto va a gustarle mucho... Y a @Dawn cuando por fin acabe la EVAU, que se la extraña mucho 😄
Vengo a QUEJARME. De una cosa que tampoco es tan terrible, pero que me ha desmontado muchas cosas que tenía en la cabeza.
(Por si no todo el mundo se lo había figurado ya, vengo a hablar de más cosas sobre ese #ProyectoViena con el que no paro de molestar).
Después de esta novela tendré que escribir fantasía y como brújula. Si no lo hago, mi cabeza explotará, de verdad.
Estoy haciendo todo lo más realista posible. Estuve investigando el urbanismo de la época y descubrí una avenida construida poco antes del momento en que ambiento mi novela en el espacio que dejó la muralla de la ciudad después de ser quitada de en medio (al parecer, se dieron cuenta de que entrar al siglo XX con una muralla no era la mejor de las ideas). Hablaban sobre los diferentes tramos y la cantidad de cosas que se construyeron en ellos. Así que busqué (con ayuda del señor Google Maps) un lugar de esa avenida donde colocar la casa donde va a trabajar la protagonista. Hasta escogí una calle que existe de verdad. Está muy cerca del Danubio, porque AMO el Danubio, y porque para todas las escenas cuadra muchísimo que esté ahí. Estuve paseándome con Google Street View para ver cómo es todo ahora y hacerme ideas de cómo sería entonces.
Y, de repente, descubro que bastante más lejos hay algo así como OTRO DANUBIO. Un Danubio muuucho más grande. Y claro, no puede haber otro Danubio. Pero hay dos ríos, uno pequeño y otro grande (gigantesco en comparación al que yo miraba antes), y a los dos les ha dado por llamarse Danubio.
Me pongo a investigar teniendo el presentimiento de que se avecina algo malo. Y... Resulta que el Danubio pequeñito, el que yo pensaba el verdadero, es una desviación del primero, una especie de "vía de escape" que se construyó en los años 70 para controlar las inundaciones. Y el Danubio Danubio, el de verdad, el que ha estado siempre ahí, está a nada más y nada menos que cuarenta minutos caminando de ese lugar.
Lo que me desmonta millón y medio de escenas. Y todo lo que yo me había montado en la cabeza con respecto a ese lugar. (Incluyendo, por ejemplo, que ahora tengo que escoger entre renunciar al Danubio o renunciar a la clase de zona donde debería encontrarse una casa como de la que quiero hablar).
(Además de que, sabiendo que el plano de la ciudad ha cambiado tanto, ahora tendré que trabajar sobre mapas antiguos, que no se pueden ampliar tanto ni tienen Street View, socorro).
Otra de mis decepciones fue con la Orquesta Filarmónica de Viena. Resulta que tengo una obsesión con El Danubio Azul (la pieza estrella del concierto de año nuevo, supongo que alguien de por aquí lo verá, un clásico del espíritu vienés). Encontré el archivo de todos los conciertos dados por la filarmónica, y me puse a mirar pieza por pieza para poder ambientar a personajes escuchándolo en un momento en el que se estuviera tocando de verdad.
Y... No se tocó ni una sola vez entre 1913 y 1914. A lo mejor por eso se armó la Primera Guerra Mundial.
Con eso he decidido que me tomaré una licencia literaria. Porque no se puede escribir una novela ambientada en Viena sin que se baile El Danubio Azul ni una sola vez.
Y... Hasta aquí dejo mis agobios. Que hay más, pero tengo algo de compasión por las personitas al otro lado de la línea.