Muchísimas gracias a todo el equipo y las personitas presentes. ¡Ha sigo genial estar aquí! De nuevo, gracias y muchísimo ánimo con vuestros proyectos literarios. ¡Vais a lograr lo que os propongáis! Un abrazo <3

¡Hay tantos! Os sugiero curiosear mi perfil de instagram (@julia_delafuente_). Ahí tengo muchos consejos de escritura en IGTV, reels y en mis stories diarias. Llevo un rato pensando y no sé quedarme solo con uno... Quizás que recuerde que el conflicto en nuestra trama debe importarle al personaje para que le importe al lector. Que ocurran cosas no es suficiente, deben importar. Tu personaje debe jugarse algo para que el lector se involucre.

Si ayudan a que nuevos lectores que de otra forma jamás lo harían puedan descubrirlos me parece perfecto. Entiendo que el lenguaje cambia, algunos términos caen en desuso, hay construcciones gramaticales que se nos vuelven extrañas... Me parece correcto actualizar esos textos para acercárselos al público. Igual que una traducción. Mucha gente jamás podría leer tantísimos libros de autores estadounidenses, franceses, polacos, marroquís... si no se tradujeran.

Sí. Empecé con unos seis años, como he comentando antes, y entonces creo que tan solo fantaseaba con publicar algún día, porque me gustaba más soñar con mis historias y cómo me sentiría al presentárselas al mundo que ponerme a escribir en sí. Ahora cada vez que me siento al teclado busco retarme a mí misma, ser mejor a cada página, darle lo mejor de mí al lector y todo lo que sé sobre teoría narrativa está mucho más presente, aunque al final siempre me guíe por mi propio instinto.

Esta es la pregunta del millón... Lo cambiaría todo. Por lo que tú dices: he mejorado tanto por el camino... Pero al mismo tiempo sé que no sería la escritora que soy sin ellos. De hecho, de entre los nuevos lectores que me van conociendo ahora siempre hay alguno que descubre que precisamente esos libros son sus favoritos. ¡Y a mí me sorprende un montón! Normalmente los nuevos lectores me conocen por los últimos títulos y después ya llegan a ellos. Así que tengo un dilema. Porque las ediciones se están agotando y se me plantea la posibilidad de reeditarlos, con editorial incluso, y no sé si hacerlo tal cual están o si lanzarme a reescribirlos enteros. Me dan ganas, a veces. Pero creo que no sería justo para quienes ya los leyeron y para mí misma como autora porque así fue como los concebí en su día. Tampoco para esos nuevos lectores que los descubren y les siguen encantando. Así que nada, los libros siguen agotándose cada vez más y la decisión sin tomarse.

Desde siempre amé también las tragedias de Shakespeare y creo que su influencia sí se nota mucho en mi escritura porque me encantan las ambientaciones algo oscuras, los personajes de moral dudosa y jugar con la comicidad en los momentos de mayor tensión.

¡Claro! Fueron las historias que me hicieron amar los libros y, sobre todo, la fantasía. Aunque finalmente yo me lancé a urban fantasy y fantasía medieval que no tenían nada que ver ni con Harry Potter ni con Narnia XD. La figura de Laura Gallego para mí fue fundamental. Era una autora nacional muy joven cuando empezó a publicar y su ejemplo me animó a seguir ese sueño <3

Ahora mismo creo que no tengo ninguno pendiente porque en las novelas (cuatro) que están por publicar ya los he tratado o porque los trataré en las siguientes que tengo programadas. Mis próximas publicaciones van a suponer un gran cambio en lo que habéis visto de mi escritura hasta el momento y espero de corazón que os guste ^^. (Por el momento es todo lo que puedo desvelar).

¡Sí, siempre! Las novelas hay que corregirlas muuuucho antes de darlas por acabadas. Jamás envíes a una editorial nada sin al menos tres repasos y, por supuesto, nada de publicar sin corregirlas. Sé que es tedioso. Pero es necesario. Hay que armarse de tiempo y paciencia. Estás haciéndolo por tu lector. Siempre lo digo: escribes para ti, corriges para tu lector. Él va a invertir su tiempo y sus ilusiones en tu novela, merece que hayas hecho todo lo que está en tu mano para darle el mejor libro posible. Yo creo que sabes que ya no hay que repasar más una novela cuando los cambios que te surgen al leerla ya no constituyen mejoras significativas, cuando ya lo único que haces es cambiar un par de comas de lugar, separar párrafos... Esa novela ya está corregida. Mientras sigas viendo fallos, repeticiones, oraciones que no se entienden bien... Hay que seguir. Sí, cuanto más tiempo pasa desde que terminaste una novela, más ganas te dan de hacerlo todo de nuevo porque cada libro te curte y ahora eres una escritora mejor. Ahí debes decidir si ponerte de nuevo con un proyecto que en su momento ya fue o dedicarte a otro nuevo.

Un besazo también para ella, que no se preocupe <3 Fue una locura. Yo estaba muy satisfecha con Corazón de sombras. Sabía que, tras años dedicándome a mejorar como escritora, al fin tenía un libro que merecía ser leído (trabajé en él durante dos años) y quise darle esa oportunidad. No se me ocurrió siquiera enviarlo a ninguna editorial. No me parecía bien pedirle a nadie que apostase por mí sin hacerlo yo misma primero. La respuesta del público fue genial y me animó a seguir adelante. Fue la confirmación de que mi sueño tenía sentido, porque además de que yo amara escribir a la gente le gustaba leerme.

No me preocupa ni de lejos quedarme sin ideas. ¡Al contrario! Lo que me preocupa es que jamás tendré tiempo material para escribir todas las que tengo en la cabeza. ¡Y no dejan de surgir nuevas! Jajaja. Con cada libro me gusta superarme a mí misma. En todo lo que hago tengo siempre esa competitividad conmigo misma, así que creo que nunca he sentido miedo a la hora de escribir, más bien ganas de ir enfrentando nuevos retos. Sí me surgen muchos miedos al publicar porque las críticas de todas mis novelas han sido siempre muy buenas y quiero que los lectores vuelvan a disfrutar de cada historia nueva que saco, así que a veces me asusta que pueda no estar al nivel o que no les guste que cambie tanto de géneros y registros porque mis historias (y más todavía las que vienen) son muy diferentes entre sí. Mi lema es siempre más, así que dudo que termine nunca de estar satisfecha. Por eso que he dicho de ir marcándome siempre nuevos retos. Pero creo que para mí un claro indicador de éxito sería lograr un día que la escritura me aportara los ingresos suficientes como para poder plantearme vivir tan solo de ello (aunque no sé si lo elegiría, pero me gustaría tener esa opción).

¡Sí, muchísimo! Es horrible. Ahora soy incapaz de leer un libro sin verle los fallos argumentales, dónde falta una coma, ver las repeticiones, pensar que el autor debería haber hecho esto o aquello... Además de que suelo adivinar todas las tramas porque veo qué trucos está usando el autor. Y al mismo tiempo es maravilloso cuando consigo encontrar un libro redondo que me convenza al 100 por 100 o que consiga sorprenderme. Aunque claro, entonces pienso que me encantaría dominar la técnica así de bien y me pongo otra vez a analizarlo al detalle. Jajaja. Es un círculo vicioso.

Bueno... recordemos que he sido profesora por primera vez en mi vida este año. Tan solo llevo unos meses siéndolo. No he publicado nada nuevo desde entonces, porque cuando mi último libro, Espinas en la nieve, se publicó en febrero de este año yo todavía no había pisado un aula. De hecho, os lo confieso: fue al revés. Descubrí que quería ser profesora porque en las charlas con mis lectores conectaba genial con el público adolescente y me encantaba explicarles cosas. Así que creo que sé conectar con mis alumnos porque conecto con mis lectores. Y, bueno, a ellos les encanta que sea escritora. Me preguntan mucho por ello. De hecho, algunos eran ya lectores míos (y no se lo creían cuando me vieron aparecer en la clase) y otros tantos que no se han lanzado a leerme <3 (Aunque a mí me preocupa lo que puedan pensar los padres de ciertas escenas, ejem, ejem). Eso sí, ahora soy más consciente todavía si cabe de la importancia de los mensajes que como escritoras podemos mandar en nuestras novelas al público joven que está conformando su personalidad y su visión del mundo. Creo que tenemos una gran responsabilidad al respecto.

A Platón le tengo un cariño especial porque fue quien hizo que me enamorase de la filosofía cuando tenía 16 años, ¡y aquí estoy ahora dando clases de filosofía! Por más que durante años juré y perjuré que jamás sería profesora. De hecho, eso ha sido un cambio de rumbo totalmente inesperado y reciente en mi vida. El caso es que Platón escribía filosofía como si estuviese contándonos una historia y eso me encantó. Creo que actualmente habría sabido adaptarse muy bien a las nuevas formas de comunicar y sería un influencer en toda regla que se dedicaría a reflejar a personalidades de actualidad en sus escritos, tal vez a modo de artículos crítico-satíricos. Tengo pensado algo mucho mejor desde los 16: ¡una novela ambientada en la república ideal que él concibió y en la que se trataría toda su filosofía! Me gustaría que, mediante una historia de aventuras y amor, el lector pudiera acercarse y comprender su pensamiento. Pero es un proyecto que querría hacer muy bien, así que nunca me atrevo a lanzarme con él. ¡Me apunto lo de introducir algún cameo suyo como personaje en una de mis novelas! Tengo varias pensadas en la Antigua Grecia y una ya escrita a la espera de publicarse ;)

Jejeje, pues tengo un curso entero en la Academia de escritura de Laura Tárraga en la que doy consejos respecto a ello... durante casi DOS HORAS. Así que se ve que tengo mucho que contar al respecto y será difícil resumirlo en dos párrafos. Pero yo diría que uno de los detalles más importantes es que mundo y trama vayan acordes, es decir, que todo lo que cuentes y crees en tu mundo sirva a tu trama, la haga avanzar, la enriquezca, le dé profundidad... pero jamás la entorpezca o le robe protagonismo. En ocasiones, cuando empezamos a crear mundos fantásticos nos enamoramos tanto de ellos que nos olvidamos de que son el decorado y queremos contarle todos los detalles al lector. Si esos detalles después no tienen relación con la trama... no le interesan. Por otro lado, es necesario que tu mundo sea coherente: economía, creencias y organización socio-política deben estar siempre bien engarzados. Son el tridente de tu mundo. Saber de qué viven sus gentes, en qué creen, qué valoran, qué moral siguen y cómo se organizan. Antes de lanzarte a escribir deberías tener esos tres puntos claros. Los demás son secundarios. Y, como ya digo, esos tres puntos se interrelacionan entre ellos e influyen enormemente en qué pueden y no pueden hacer tus personajes o a qué se van a tener que enfrentar. Por ejemplo: si en tu mundo se cree en una diosa femenina única que regenta todo el universo, va a ser muy difícil que un hombre llegue a ser rey, porque la gente entiende que quien debe mandar es una mujer y tu protagonista masculino con grandes ideas políticas y muchas ganas de ponerlas en marcha tendrá que enfrentarse a esos prejuicios y limitaciones sociales.

Y respecto a tu segunda pregunta: sí. Antes del instituto no. Pero al empezarlo hice una amiga a la que enganché a la lectura y la escritura y compartimos esas dos pasiones durante unos años, animándonos la una a la otra. Luego la relación se rompió, pero justo antes ella misma me presentó a otra amiga que también quería ser escritora y que actualmente sigue siendo uno de mis mayores apoyos. Le he dedicado Espinas en la nieve porque su aliento fue imprescindible para que consiguiera reengancharme a su escritura tras un mal bache y lograra acabarlo.

Buenas, Zanne :) Decidí que sería escritora casi antes de saber escribir xD. De pequeña me hacía tan feliz leer, que pensaba que era de justicia intentar devolverle algo de esa magia al mundo de los libros, a futuros lectores. Quería hacerlos disfrutar tanto como mis historias favoritas hacían conmigo. Y por eso con 6 ó 7 años ya empecé relatos, poemas e incluso mis primeras novelas a lápiz en mil libretas distintas (y con muchas faltas de ortografía y otros errores varios). Con 11 logré terminar mi primera novela completa. Después escribí muchos relatos cortos para diferentes concursos en los que obtuve muy buenos resultados. Y la siguiente que escribí fue Corazón de sombras, tras dejar a medias por el camino otra novela porque su complejidad me desbordaba con unas 9 voces protagonistas, una ambientación medieval muy compleja y una trama calculada para unos 7 tomos. (Por aquel entonces amaba Harry Potter y Las crónicas de Narnia, así que pensaba que 7 era el número de libros perfecto).

Buenas de nuevo, Layla :) Uf... Es una pregunta complicada. Es cierto que hago muchas cosas porque me apasionan, pero también siento que dejo muchas otras por el camino y que nunca llego a tanto como me gustaría. Me encantaría afirmar que soy increíblemente organizada y daros un par de buenos consejos, pero la verdad es que ando siempre bailando con el caos mientras hago malabares con mi vida. Conseguir ser organizada y seguir algún horario es uno de mis propósitos para este 2021... que a este paso volverá a ser propósito a realizar para el año que viene, me temo. Si queréis consejos acerca de organización os recomiendo encarecidamente los recursos que comparte Laura Tárraga tanto en sus perfiles personales como sobre todo en su Academia de escritura. Es una máquina de la organización. Me gustaría ser más como ella.

¡Hola! Pues creo que mi formación en Filosofía se nota muchísimo en la riqueza de los mundos inventados que plasmo -y que a los lectores os suelen encantar- y en el calado que tienen mis personajes. Son muy complejos. Se mueven en una amplia escala de grises, se cuestionan sus acciones, sus deseos... Muchos de ellos suelen reflexionar sobre cuestiones que a mí también me preocupan. En Heredera de plata, por ejemplo, se le da muchas vueltas a la justicia, la venganza... Y cómo no perder la lealtad a nosotros mismos por complacer a quienes nos rodean. También introduzco mucha mitología inspirada en las diferentes culturas antiguas que he estudiado <3

¡Hola. Meiga! Pues lo cierto es que para cada historia es diferente. Nunca sabes de dónde puede surgir esa pequeña chispa que logra desencadenar una explosión en tu mente, así que intento mantenerme siempre "a la escucha". Leyendo, viendo películas, obras de teatro, escuchando a la gente... Un nombre, una conversación, una sensación al terminar una serie, un problema al que les das vueltas... Todo puede convertirse en inspiración. En mi caso, sobre todo, suelen surgirme temas que me gustaría tratar. Se quedan en mi mente mientras sigo investigando sobre ellos hasta que de repente todas las piezas encajan en una historia. Pero desde que surge la primera idea en bruto hasta que la escribes pueden pasar desde meses hasta años en función de si en ese momento ya tengo otros proyectos en marcha.