El que durante mucho tiempo fue #ProyectoDadá , sobre el que tantísimo me quejé y di saltitos por todas las entradas de este foro hace ya tres añitos (sigo sin creerme que ha pasado tanto tiempo), acaba de salir publicado con la editorial La Tinta del Silencio. Es una pequeña editorial mexicana que trabaja edición artesanal y mucha literatura experimental. (Para quien quiera informarse un poco, puede entrar a su página web).
Sobre el libro
Es un pequeño homenaje al movimiento dadaísta y a las vanguardias artísticas de principios del siglo pasado. Originalmente constaba de 99 micorrelatos, pero en esta edición fue acortado a 30. ¿El tema? Absolutamente todo. Caminos que siempre van cuesta abajo, mentes sin cuerpo, artistas incomprendidos, gotas de agua cayendo, ladrones parisinos, insectos desafortunados... A veces sigo sin creerme que esa locura existe.
Tengo que agradecer infinitamente a @Rosa por haber sido una magnífica hada madrina durante todo el proyecto. Sin su apoyo todo esto no habría llegado tan lejos. La contraportada y la introducción están escritos por ella. También agradezco muchísimo @Canelov_19 por la maravilla de portada.
Sobre mi experiencia publicando
Es mi primer libro publicado, así que es, literalmente, un sueño hecho realidad. Y el proceso de publicación ha sido precioso, estoy muy agradecida con la editorial. Desde que me dijeron que sí pasé varios meses dando saltitos de vez en cuando (esos momentos de la vida donde nada parece tener sentido, de pronto recuerdas que vas a publicar un libro y resulta que todo se vuelve maravilloso). La sensación de tenerlo en mis manos fue muy extraña, lo volvía irrealmente real.
También ha habido mucha ansiedad de por medio, especialmente pensando en la cantidad de gente que va a leer mis locuras (no solo leerlas, también pagarme por hacerlo, no sé qué tendrán en la cabeza). Supongo que son inseguridades bastante naturales. Creo que ya lo llevo un poco mejor.
¿Cómo conseguir el libro?
La mayoría de las personitas de por aquí viven en España, donde la editorial no tiene distribución. Por suerte, un familiar va a ir de México a Madrid dentro de un mes y he quedado con él en que mande por Correos todos los libros que me encarguen. El precio es de 7 euros cada uno, además de los gastos de envío (cada ejemplar pesa 50g, así que el envío es relativamente barato). Si a alguien le interesa, puede mandarme un correo con su dirección y con muchísima ilusión le mandaré un libro dedicado 😊. Mi correo es: oitmi.esquivel@gmail.com.
Dejo por aquí uno de los microrrelatos:
Nada
Érase una vez una escritora que no conocía las palabras. Tenía miles de historias que contar, pero la hoja en blanco siempre podía con ella. Miraba el teclado, imaginando sonidos, tonos, formas, y nunca conseguía nada que encajara.
Porque no sabía qué buscar. No entendía por qué nada funcionaba, por qué no bastaba con tener algo que contar.
Las palabras estaban muy ofendidas. Tanto, que cada vez se esforzaban más por no acudir. Pasaban frente a sus ojos, una por una, dejándole algún sonido en la punta de la lengua para esfumarse justo después. O pasaban todas al mismo tiempo, haciéndola perderse unos segundos en la inmensidad antes de volver a dejarla en nada.
Nada. Nada fue la primera palabra en compadecerse. Tal vez porque su sonido resultaba demasiado simple para todas las demás, y su significado demasiado vago. Porque la veían como un recurso para la falta de palabras y no como la más completa.
La escritora acogió a la palabra como ninguna otra había sido acogida nunca. Exploró los matices de su sonido, el reverberar en el aire de la a repetida, la suavidad de las dos consonantes. Exploró sus significados, su absoluta rotundidad y sus aires perdidos.
Tecleó: «Nada.»
Estaba dispuesta a dejar así su historia, abandonando todo lo que planeaba contar frente a la inmensidad de esa única palabra.
Pero entonces llegaron las demás.
Primero todas las que, como nada, eran siempre ignoradas. Y después todas las otras, ansiosas de ser descubiertas y sentidas de verdad.
Fue así como la escritora conoció a las palabras. O a todas las palabras que su vida le permitió conocer. Desde aquel instante hasta su muerte, no paró de teclear.